"Siempre es importante estar en contacto con nuestro niño interior. Es el filtro que nos permite ver el mundo sin la corrupción de una mente adulta. Que también nos permite olvidarnos un rato de las dificultades del mundo de los mayores. Un mundo que a veces parece confuso y difícil de comprender.
Lo mejor de ser niño es creer que todo, por más imposible que paresca, puede hacerse realidad, y que las convenciones de la sociedad pasen a segundo plano. Solo nuestro niño interior nos va a recordar siempre que hay que ser fiel a los sueños a pesar de que parescan imposibles de alcanzar.
A veces creo que soy como un barrilete, que depende del viento, pero también de la habilidad del que lo maneja. Yo siento que el viento por fin empieza a soplar a mi favor, ojalá pueda tener la habilidad para dejarme llevar con la astucia de un adulto y el corazón de un niño"
lunes, 2 de agosto de 2010
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